Somos humanos y como tales, tenemos emociones. El problema es que en muchas ocasiones estas emociones y sentimientos toman el control de lo que somos, tiñendo nuestra vida del color de lo que ahora sentimos. Hoy en el blog te quiero enseñar cómo puedes aprender a gestionar las emociones para que no vuelvan a regir tu vida.

Los  4 pasos prácticos para gestionar las emociones

1. Del blanco al negro, hay una gran escala de grises: muchas veces el gran problema de gestionar las emociones es que no nos damos cuenta de la gran escala de grises que hay en el día a día de las personas. Es decir, cuando estamos muy bien nos sentimos pletóricos, algo muy positivo, pero cuando nos sentimos mal, es lo peor que nos ha pasado nunca. Esta forma tan extrema de entender nuestros sentimientos termina por afectarnos, por lo que debemos de hacer es entender que en nuestra vida existen una gran cantidad de grises y de matices, pues solo así podremos gestionar las emociones.
2. Respira: el siguiente paso para aprender a gestionar las emociones y que estas no rijan nuestra vida, es saber que tenemos que respirar. Esto nos ayudará a saber que no tenemos que creernos invencibles cuando algo nos sale bien, ni creer que somos las peores personas cuando algo sale mal. Ante una noticia buena o mala, tenemos que tomarnos unos segundos para respirar y asimilar lo que está pasando. De esta forma, podremos actuar de forma racional y sin estar determinados por nuestras emociones.
3. Exprésalas: a veces, la mejor forma de empezar a gestionar las emociones es expresarlas, de la forma que más fácil te sea: ya sea escribiéndolas para ti o contándoselas a algún ser querido. Esta expresión en voz alta, nos permite ganar una segunda opinión, la de un ser querido que al no estar totalmente involucrado en el acto que nos la ha provocado, podrá ser más objetivo sobre la forma en que debes tomarte ese acontecimiento. De igual forma, al escribirlo, solemos tomar distancia sobre el hecho y como si fuera algo que leemos en un libro, tener más claro cómo queremos actuar.
4. Nunca bloquees tus emociones: otro de los problemas que debemos subsanar si queremos aprender a gestionar las emociones, es nunca bloquearlas o acallarlas, porque lo único que hacemos es tratar de engañarnos a nosotros mismos, sin conseguirlo realmente, y hacer que esas emociones no expresadas terminen por determinar nuestros actos con la sutileza de la invisibilidad. Nunca tengas miedo de tus emociones, el objetivo es aprender a gestionarlas, no bloquearlas.

Una frase muy popular y que creo que es perfecta como resumen y moraleja de este post es que «nunca debes jugar durante la prosperidad, ni tomar decisiones durante el pesar o contestar durante un enfado». Es decir, nunca dejes que las emociones tomen el control.